Las mallas o cintas vaginales son materiales sintéticos utilizados para corregir prolapsos de órganos pélvicos o incontinencia urinaria. Son materiales que no son absorbidos por el cuerpo y que por tanto van a estar ahí toda la vida de la paciente. Ente el 1 y el 13% de las pacientes, estos materiales pueden exponerse en la vagina, es decir se pueden palpar o ver a través de la vagina, y pueden causar síntomas como dolor pélvico, sangrado, dolor con las relaciones sexuales a la mujer o a la pareja. En estos casos puede ser necesario el retiro parcial o total de estos materiales. Son procedimientos de alta complejidad y que requieren de personal entrenado. Se puede hacer por vía vaginal o por laparoscopia.
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